Este trimestre, en el aula de un año, estamos trabajando el proyecto del juego como motor del aprendizaje y el crecimiento. Jugar no es solo una forma de entretenimiento para los niños y niñas, es su manera natural de explorar el mundo, relacionarse, expresarse y desarrollarse.



También el uso y la conciencia de nuestras manos tienen un papel fundamental en este proyecto ya que son la herramienta que nos permite la exploración, creación y cuidado.
Y, es por ello que hemos realizado la plantación de brotes y pequeñas plantas que hemos traído de casa, llamadas «Zebrina» el conjunto de flores granates y verdes, y «Suculenta» la planta verde que tiene forma de oreja de elefante.



Esto nos ha permitido conocer nuevas plantas, manipular la tierra, trasplantar, regar, observar cómo crecen las hojas, y formar parte de este proceso de observar el cambio en la vida de las plantas.




A través del juego con elementos naturales, los niños y niñas desarrollamos la motricidad fina, la concentración, el sentido del cuidado y el vínculo con la vida. El contacto directo con la naturaleza ofrece una experiencia rica y sensorial, llena de texturas, olores y colores que despiertan su curiosidad y el deseo de explorar.


Jugar es mucho más que pasar el rato. Jugar es crecer, imaginar, pertenecer y descubrir. Desde el aula acompañamos al niño/a en cada juego que comienza desde las manos. Damos pequeños pasos, para crear un mayor vínculo con el mundo que nos rodea.
Aula de 1 año.